miércoles, 29 de septiembre de 2010

Quitamiedos

Y me duelen los ojos de leer en azul todos los textos que había. Todos. Y hasta hoy, que he devorado cada letra escrita, jamás hubiera imaginado que detrás de una eterna cara amable, y dentro del mar que se asoma a sus ojos, existía esa forma de mirar al mundo, tan lúcida que asusta y te deja pequeño, temblando. Hoy se renueva mi fé en la literatura de blog. Qué falta le hacía.

3 comentarios:

  1. Cuando ví ayer tu comentario en mi blog me quedé pensativa, jamás pensé que pudiera resultar inspiradora... me leí todas tus entradas pero no me quedaban fuerzas para comentarlas. Así que cuando hoy me paso por aquí pensando en la lluvia y en el poder que tiene de relacionarlo todo, y en tu manera de escribir tan diferente y tan llena de rincones de esos de los que no quieres salir nunca, me quedo de piedra al ver tu nueva entrada. Casi casi como una estatua de sal. No te imaginas la ilusión que me ha hecho, de verdad. Mil gracias chico de la lluvia.

    ResponderEliminar
  2. Te dejas la vista leyéndola, pero merece la pena, ¿verdad?

    ResponderEliminar