lunes, 4 de octubre de 2010

¿"A oscuras", dices? La luz que tu prosa emana es bastante para iluminarte.
¿Escondida entre el hielo? Imposible con la calidez de tu mirada.
Y, ya que es en esa casa helada que dices habitar donde se gesta el mundo que, sin tu consentimiento, he decidido, en la medida que me corresponde, hacer mío, se ha convertido en un lugar donde parar a descansar, en el tránsito entre esta mierda de realidad mía y la tuya, bella y apacible, de la peste que echa la mediocridad.

Yo, por mi parte, nunca uso paraguas, mas siempre podremos, si te apetece, mojarnos juntos.

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