martes, 13 de diciembre de 2011

And in the end...




(Se acabó el blog, por cierto. Adiós.)

sábado, 12 de noviembre de 2011

Cuando no queda nada, sólo quedan los picotazos en las tripas. Sólo queda la ventana abierta, las luces de neón de los cines de Gran Vía y las bolsas de los supermercados que mueve el viento y que se enredarán en los pies de mañana.

Queda el reloj parado, marcando el horario de vivir; queda el reloj tejiendo (tic tac) el otoño y queda el miedo de no haber nacido para entonces.

*

Cerrar los ojos acostado en tu vientre y escuchar como rugen las tripas de mi corazón.

El hecho de estar atraído por el centro gravitatorio de la vida tiene poco que ver con existir.

*

Nunca he visto los dientes amenazadores del otoño sin apoyar la cabeza en vuestros hombros.
Ahora, el otoño, o vuestros hombros, me devoran.

jueves, 3 de noviembre de 2011

El dilema del ciempiés.

-Cuando el suelo quema, ¿cómo no pisar?

-Ahorcado.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Escribo, temeroso de la luz,
la noche de mis párpados cerrados.

Temeroso de la seguridad
del alba.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Madriz

Yo como pájaro enterrado,
alentado por el suspiro de la bestia que lo engulle.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Odio las novelas en las que aparece el diablo.
Como si hubiera que escribirlo para verlo.





Rock´n´Roll

A veces se acurrucaba a escribir en el centro de su cama, mientras oía llorar a su madre.
Sabía que, mientras la oyera, ella estaría ahí.
Otras veces, escuchaba a su padre golpear las paredes en la noche, o bajar las escaleras
con pasos espaciados, y a la mañana siguiente veía la huella ensangrentada de la mano de su padre en la pared.
Sabía que, cuando no lo oyera, ni quedaran huellas, él mismo estaría allí.
A la noche siguiente, lloró mientras daba puñetazos a la cara de su padre, que dijo
que él ya era mayor, y que sólo a él respetaba.
Lloraba mientras lo veía tirado en la calle echando espuma por la boca.
Después, nunca más lloró.
Y supo que, mientras no llorara, el mundo estaba ahí.

Esto, a veces.

Pero siempre tuvo la sensación, casi  como una especie de designio cósmico
de odiarlo todo.
Y el cansancio de odiar se le quedó enquistado en la mirada.
Y supo que mientras odiara, él no podía morir.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Lo oscuro, la noche. El semen.


                                           Noche estrellada. Vincent Van Gogh.



Por la noche miro arriba y lo veo. Veo los litros de semen que derramaron encima del cielo negro aquellos que tuvieron huevos de hacerla suya. De follarse a la oscuridad. Se abalanzaron sobre ella y se vaciaron. Vomitaron. Y no puedo volver la cara. Y abro los ojos, y la boca, para beberme sus entrañas. Las entrañas de Rimbaud, Bolaño, Safo, Bukowski, Pessoa. Vallejo, Huidobro. Ginsberg, Eliot, Dámaso. Juan. Julio, Jorge Luis, Alejandra (bendita patria, Noe). Saboreo su semen porque estoy bajo la noche. La noche, o el semen, calma mi sed y me ahoga.




Que me espere la noche boca arriba.
Y abierta de piernas.

A ésa sólo le sirves enfermo.

No me curéis.





.elbukakedemibiblioteca.

miércoles, 24 de agosto de 2011

En el espejo, perra, 
en la animal falta de consciencia de ti misma,
gruñes atacas sangras 
te tragas los pedazos, los vidrios que muerdes 
con la arrogancia del ser insignificante e infinito.

domingo, 7 de agosto de 2011

El eco del mundo resuena en la esfera sin agujas del reloj, y el corazón se me pudre
encima de la mesa. Yo lo muerdo,
lo zarandeo,
me abalanzo sobre él con las dentelladas de un perro hambriento.

Pero no lo mato.

El muy cabrón me palpita su putrefacción en las entrañas.

Creacionismo



A mi Virgilio, 
Eugenio Montes


¿No os parece, hermanos, 
que hemos vivido muchos años en el sábado? 
Descansábamos 
porque Dios nos lo daba todo hecho. 
Y no hacíamos nada, porque el mundo 
mejor que Dios lo hizo...

Hermanos, superemos la pereza. 
Modelemos, creemos nuestro lunes, 
nuestro martes y miércoles,  
nuestro jueves y viernes...

Hagamos nuestro Génesis.  
Con los tablones rotos, 
con los mismos ladrillos, 
con las derruídas piedras, 
levantemos de nuevo nuestros mundos.

La página está en blanco: 
"En el principio era..."


Gerardo Diego

sábado, 30 de julio de 2011

rayo de sol vacilante en tu persiana
que sólo roza polvo
presagio de día
apenas
aborto de la mañana

He nacido para ser víspera
de mí mismo.

miércoles, 27 de julio de 2011


Suicidarme
en la incertidumbre de ser viento
o aire.
O el cielo de tus pulmones.

No sé si tengo la cuerda al cuello
o bajo mis pies torcidos.

miércoles, 6 de julio de 2011

Con mis propias manos he matado,
uno a uno,
el centenar de pájaros que hoy
alfombra (sus vísceras al aire, riendo)
el camino a la literatura.
Cuando, arrancados tus ojos y enfrentados
para verse (¡por fin!) el uno al otro,
vean a ese cobarde en paz que tanto odias,
no trates de escribir.

¿Ves? es imposible.

Cuando sólo quede el eco de lo externo
donde antes vomitaba el corazón.

miércoles, 1 de junio de 2011

Largo tiempo estéril

A Ethos, por "La levedad"

Hace tiempo que cerré los ojos,
y ahora me acomodo en la certeza
de saber que si aún te veo 
es porque un día te pensé
el alma con las manos.

domingo, 29 de mayo de 2011

Don Arturo Pérez-Reverte dixit

Hoy no procede poesía. Hoy se mira hacia adelante, a un país que despierta. No sabemos qué es lo que queremos, pero tenemos claro que esto, y así, no.

Don Arturo ha marcado mi adolescencia y mi proyección futura: por él estudio Letras, él me enseño la belleza de los libros y la importancia de la palabra escrita. Es entonces, doblemente satisfactorio leerle decir esto.

"15M. El día en que los españoles se negaron a seguir siendo cómplices.

Hacía mucho tiempo que no me sentía orgulloso de la gente. De mis compatriotas. No sé si servirá de algo, pero #acampadasol ha sido ejemplar. Perfecto. Consolador. Higiénico. Tampoco sé qué diablos pasará al final. Si se mantendrá la limpieza o al cabo también el 15M se transformará en lo de siempre. Lo que me importa es qué ha ocurrido. Que los españoles han dejado de ser cómplices pasivos. Borregos silenciosos mientras los esquilan y degüellan.
Ahora sé (sabemos) que las cosas son posibles. Que cuando se lo proponen, los españoles, o lo que seamos, dejan de ser una harka de francotiradores individuales. Que es posible conseguir que los corruptos, los incompetentes, los irresponsables, los hijos de puta, dejen de creerse impunes.
Ahora, los sinvergüenzas que gobiernan o los sinvergüenzas que aspiran a gobernar saben que es posible amotinarse en 24 horas. Amotinarse de verdad, pacífica y civilmente. Para esto o para lo que sea. Ojo: para lo que sea. El futuro es largo y ancho. Es la principal lección. No va a cambiar nada de golpe, pero sí puede cambiar en el futuro. El fin de la impunidad. El miedo a la gente.
Lo de menos es lo que se pida o no. La utopía o lo razonable. Si es de izquierda o derechas lo que se pide. Aquí importa más el método. Eso es lo deliciosamente revolucionario del 15M: el método. Por desgracia el contenido está lejos. Esas listas electorales con 1.000 imputados lo prueban. Por eso lo que de verdad interesante de esto es el método. En cómo la gente lo ha visto e interpretado. Ahí está la gran novedad.
Esos políticos de toda laya desconcertados por fin. Acojonados. Corriendo luego para hacerse allí una foto que les negaron. Y ese magnífico, espectacular, miedo que pueden tener a partir de ahora. Han visto, al fin, el campo de minas. Espero. Porque es bueno que los políticos le tengan miedo a la gente. El miedo de un político es la mayor garantía de su rectitud. ¿Qué otro freno tiene un político sino el miedo? Esos canallas arrogantes llevaban demasiado tiempo creyéndose a salvo de todo. Ahora saben que no están a salvo de nada. Que son vulnerables. Me encanta que esa pandilla de funcionarios de la golfería institucionalizada se sientan vulnerables, por fin. Y ojalá no se infiltren en esto los canallas. Ojalá no se transformen en políticos quienes ahora tienen la palabra de tantos en su boca.
Tengo una duda no resuelta: ¿Es bueno seguir en la calle, o se perderá el efecto? Me pregunto si no sería más eficaz la táctica de guerrilla. Golpear simbólicamente, disolverse, volver a golpear en caso necesario. Disolverse, reunirse, golpear con la palabra y la dignidad y desaparecer de nuevo. Hasta la próxima. Concentrarse cada vez, para luchar con la palabra y el número. Abrumando a los canallas, que se sientan vigilados y no duerman tranquilos. Con esa amenaza siempre ahí, difusa pero real, nunca se corromperían tranquilos. Ni nos corromperían. Por eso me preocupa que se mantenga artificialmente lo que ya ha sido un éxito en ese sentido. Que eso pueda matar la eficacia.
En esta ocasión han sido 30.000, o 50.000… La próxima pueden ser 200.000. O más. Bastaría un chispazo para desencadenarlo de nuevo. Unos cuantos cabreados o desesperados con un teclado y Twitter o facebook o lo que sea. Una ocasión próxima y el saber que puede hacerse. Que ya se ha hecho. Ha nacido, en mi opinión, una temible, incruenta y modernísima forma de guerrilla urbana. Una amenaza que del sentido común depende sea grotesca al fin, o permanente, limpia, desinteresada y global.
Mi resumen es que, si hay rescoldo razonable, y hemos visto que lo hay, siempre se le puede echar gasolina. Si hace falta.
Y una cosa más. La extrema derecha ha demostrado que sí. Que hay una estúpida extrema derecha. Yo creía que era un invento de los golfos de turno, y resulta que no. El tratamiento de algunos medios ha sido para echar la pota. Pero claro, tontosdelculo con orejeras los hay a diestra y siniestra. La gilipollez no tiene ideología, sino psicopatía ideológica"

domingo, 24 de abril de 2011

Hendrick´s

Me espera
transparente y en calma,
destilando su intenso olor,
translúcido a ratos
en lo vidrioso de mi mirada,
con la herida abierta de sangre amarilla,
para devolver la opacidad a mi alma.

jueves, 21 de abril de 2011

Y desde el acantilado,
los dos mares vecinos se extienden
profundos, calmos.
Dos mares milenarios que a veces
se esconden en mi costado.
Y los amo.

Pero si nado, abrazándolos,
las fuerzas se desvanecen,
y apuro mi vivir, pues soy Leandro,
casi desaparecida la luz del faro.

Así.

Como si esta muerte nuestra
sólo encontrara pureza
en la total y absoluta ausencia
de signos.

miércoles, 20 de abril de 2011

Eco Visceral

Cuando el sol se nos apague al fin
aún seguiré caminando,
y mi alma vacía pesará más que nunca
en algún bolsillo de mi cazadora.

Estaré pisando los tres o cuatro
senderos de siempre,
desconocidos ahora a mis ojos,
tan vacíos como el resto de mi cuerpo
y resonarán mis pasos en la oquedad
que dejó mi alma.

Dejará de arder el sol,
pero no cesarán las risotadas
del universo señalándome
perdido, entre las sábanas
de mi cama.

En algún punto la jodí
metafísicamente hablando,
y quedé convertido en la cueva
donde resuenan las risas
de los astros.

sábado, 16 de abril de 2011

Geminados

Evans


Él no puede olvidar su propia muerte
y millares de cuervos tienen tumbas
en su vientre;
todos graznan quedamente
motivos de Yann Tiersen.

Tiene miedo a la batalla,
pero parece que olvida
que aquél que no lucha
no muere.

¡Cómo le gustaría ser muerto
sin exponer al criminal el alma!


Plath


Ella no se reconoce en los pedazos
que fue dejando de sí misma en el camino,
y le pierde la pista, de pronto,
a todos los suicidas.

Ella no se reconoce en lo que ahora dice,
en las nuevas palabras que le brotan
directamente del vientre.

Lleva a rastras el alma
vacía
por la herida abierta de la incertidumbre.

Sangra oscuridad el costado de la luna.

Pero yo me alegro, porque veo
que crece.


Me rindo

Casi soneto


La dulce claridad que nos envuelve
se vuelve de repente opaca y fría.
Regresa, pues, al alma la agonía
que nunca pudo remediar la muerte.

No vine al mundo para más tormento
que el de beber tus lagos cristalinos,
que son terribles ahora a mi sino,
aunque preciado bien hace un momento.

Porque el alma me cambia, como el río,
porque escapa el amor, sin yo quererlo,
en el infierno de tu voz me hundo.

Paso presto de tu calor al frío,
y cuando quiera morir por tenerlo,
lloverá hasta que desborde el mundo.





Como ves, no lo he conseguido. Me rindo.

martes, 5 de abril de 2011

Eres, al fin y al cabo,
la terca resurrección,
el inevitable retomar la vida,
la potencialidad de la ausencia.

Sólo existimos porque el uno al otro
nos escribimos
y así, no somos más que negro sobre blanco.
Azul sobre azul.
Literatura.
Tan frágil.

Cuando todos los rincones de Macondo
hayan sido descubiertos
y lleves la cuenta justa
de los besos de Catulo
y las piedras de Virginia,
estaremos reviviendo.

Devorémosla pues,
no sea que nos veamos de repente
sin su contaminación en la mirada,
pues si me miraras con los ojos vivos
no me reconocerías.

¿O podrás recordar nuestra muerte
al ardernos las entrañas
por respirar el aire alambicado
en nuestros pulmones?

viernes, 25 de marzo de 2011

El día que 30597 comenzó a encoger, amaneció como un día cualquiera en La Sociedad. Ninguno de quienes trabajaban con él en La Sucursal reparó en su decrecimiento y, cuando finalmente desapareció, el Líder sentó a 27649 en su silla vacía. Y nadie notó la diferencia.

sábado, 12 de marzo de 2011

De Los Suicidios

Sería muy simple suponer que el suicidio es tan sólo la supresión de la propia vida. A lo sumo, podría ser una consideración torpe y apresurada de aquellas personas carentes de imaginación que sin más ni más se despedazan el cráneo de un balazo a quemarropa, burdamente , en cualquier día y horario. Pero la persona sensible, la persona culta, aquélla que ha hecho de su vida una sucesión de actos pensantes y entrelazados no caerá en ese error. No. La culminación de la existencia a través del suicidio es un complejo, polifacético, que responde a diversas escuelas y culturas, a variadas pautas y valoraciones que lo convierten en un menester si bien no, obviamente, para iniciados, sí para respetuosos. Por lo tanto y sin pretender convertir esto en un catálogo, tarea pretenciosa e inconducente, he aquí unas normas generales e importantes para dichos eventos.

DE LAS ARMAS DE FUEGO

El suicidio a través de las armas de fuego es la lógica culminación de aquellas personas dadas temperalmente a las decisiones drásticas. Es una elección terminante, lógicamente explosiva pero, sin duda, poco poética. Estéticamente es expresionista, de contornos dramáticos, apta para gente impulsiva, vital y apenas criteriosa. El suicidio por las armas de fuego emana plenitud. No debe realizarse entonces en horas de la noche. Eso queda para los efectistas deseosos de captar ribetes trágicos. Sin embargo, los cánones contemplan esta posibilidad. De realizarse, debe elegirse una noche estrellada, límpida, una pequeña pistola de cartera y procurar que el cuerpo caiga sobre algo acolchado, si es posible una alfombra mullida. Todo ruido metálico tras el disparo quitará el efecto a éste y mermará notablemente la calidad sonora del hecho. Por la noche no se dejará nota ni carta alguna, no estando invalidado, no obstante, el acto elegante de llamar antes por teléfono a un amigo y charlar con él apaciblemente. Se vestirá con sobriedad (un cardigan liviano es lo más recomendable) sin incursionar nunca en la robe de chambre que puede otorgar al suceso un inferiorizante tinte doméstico. Categóricamente , el suicida deberá elegir un brillante día de sol. No es necesario, valga la salvedad, estar expuesto a los rayos solares, pero conviene que por una ventana se vea el resplandor rotundo del día. Se podrá, ahora sí, dejar algunas líneas escritas a los más allegados, nunca dando explicaciones pues el suicidio es, ante todo, un acto digno. Repetir una vez más la tremenda falta ética de dejar una esquela escrita a máquina, podría parecer reiterativo, pero lo hacemos, ante la constante promoción de principiantes. Se procurará , en cualquier caso de suicidio por armas de fuego, realizarlo en un piso alto, donde siempre suena mejor, y agregar una escalera al dramatismo del hallazgo del cuerpo. Las corrientes denominadas "drásticas" o de Villant (circa 1811) hacen aparecer el suicidio como un proceso que finaliza con la muerte del sujeto. Pero hoy, gracias a estudios que desechan abiertamente tal egoísmo (M. Risnet, "Ese silencio"), tomar las providencias para asegurar una apropiada continuación de las acciones, es un rasgo honorable que diferencia al suicida apto del meramente vocacional. El suicida por arma de fuego deberá luchar contra la incomodidad del uso de un arma de fuego que ha sido diseñada para disparar hacia terceros y no contra uno mismo.Esto lo llevará a adoptar posiciones poco gráciles, forzando la línea armoniosa del equilibrio físico, especialmente cuando se trata de armas largas. Por eso el revólver de bolsillo, o una pistola de mujer, son los más indicados.Hay quienes no le dan a estos detalles mayor importancia aduciendo el grado de privacidad que por lo general usufructúa el suicida. Olvidar tales teóricos, que el suicidio es un hecho de trascendencia principalmente individual, un acto jerárquico que involucra aún las más pequeñas reglas de respeto por uno mismo, comprendiendo las de coordinación muscular. Como última recomendación se considera un toque sensibelero el cargar el tanque del arma con un solo proyectil. Equivale , palmariamente, a otorgarle demasiada trascendencia a un hecho que en última instancia conviene recubrir de un aristocrático dejo de interés.

DEL CIANURO Y OTROS VENENOS

El veneno es el sistema ideal para introvertidos. Que algunas personas poco dadas a las exteorizaciones hayan puesto fin a sus días de un balazo no cambia la regla. Esas excepciones responden a introvertidos adeptos al acto de protesta, retumbante que reivindique sus pretensiones. Sin embargo, el introvertido coherente, sensato y medianamente en su juicio se volcará por el veneno. El día, en este caso, podrá ser nublado, pues a esta opción debe rodearlo de un leve vaho de desesperanza, sin llegar a la angustia. 
Responde a una determinación reflexionada, fría, sólida. Habrá melancolía, quizás, pero no drama. La hora ideal es el amanecer. El crepúsculo , por lo contrario, revela una lamentable falta de originalidad. Se dispondrá del sillón más muelle, procurando que no mire hacia el reloj. La vestimenta estará de acuerdo a la sensibilidad de cada uno, ya que hay facetas personales que escapan a toda regla. Debe evitarse, eso sí, lucir traje de noche, o frac, aditamento casi pedante, con nítidas influencias de la cinematografía mejicana.

Es conveniente que el veneno sea líquido. La pastilla tiene la ventaja de ser más práctica y aséptica pero resta toque poético que brinda un vaso de fino bacará volcado sobre la alfombra, que de ser posible, será de color habano. En éste, como en casi todos, no se recomienda dejar notícula alguna, como tampoco mantener cerca fotos de familiares , amigos o novias lejanas. La sobriedad, ante todo, confiere altura a los hechos.

DE LOS DESPEÑAMIENTOS

Esta opción, por extraño que parezca, no cuenta con muchos adeptos. Es apropiada para personas de vida tumultuosa, afectas a las berbenas y a la farándula, licenciosas en grado sumo.Es el final clásico de todo desmoronamiento moral e incluso a veces material. Es, sin dudas, espectacular. Carece de la jerarquía que la privacidad confiere a otros suicidios. Es popular, o populachera, en definitiva. Acá sí, no hay otra alternativa que realizar el acto durante la noche, si es posible ventosa, no necesariamente fría, siendo ideal con una pertinaz llovizna. Es imprescindible tener auto, un sedán convertible con la capota puesta, celeste o bordeaux, de dos puertas. Se enfilará directamente hasta el acantilado más cercano a no menos de 83 Km. por hora. Algunos, más hábiles o más conocedores, han logrado que tras el estrepitoso despedazarse del coche contra las punzantes toscas, quede la radio encendida, emitiendo aceptables selecciones clásicas (Beethoven, por ejemplo). Si se corre el riesgo de que dicho artefacto sobreviva propalando piezas de corte rápido y popular, es preferible que enmudezca junto a la víctima.A veces, el exceso de perfeccionismo puede fallar, degenerando en exhibicionismos irrelevantes. Lo que sí es imprescindible, es la alternativa del posterior incendio de la máquina despeñada. Es lo que reúne a la gente y le brinda a esta posibilidad el rubro de "popular", como lo consignamos con anterioridad. Paradójicamente esta demagógica suerte de suicidio es la que mejor resuelve el problema "incertidumbre", que rodea a un acto con un hálito de misterio.En estos casos quedará, indefinitivamente, la duda de que el siniestro fue intencionado o accidental.

El rubro "despeñamientos" incluye una separata muy amplia e interesante. Por ejemplo los suicidas por inmersión prolongada. Es, evidentemente, una solución para personas desvaídas, sin fuerza de voluntad, ablandadas por los contratiempos de la vida. La época más recomendable es el otoño, y la hora, el crepúsculo. El suicidio por inmersión es de una poesía inenarrable en esas condiciones. Estamos hablando, lógicamente, en el mar. Es un hecho inaceptable en el río, a menos que sea en Europa Central. En América sólo puede concebirse el suicidio en un río si el ejecutante se lanza desde un puente de hierro, oxidado por el tiempo y la exposición a la interperie.
Se deben dejar de lado las vestimentas vaporosas como tules, sedas o todo elemento que pueda flotar o flamear ante el viento salobre del mar. Una tradición que se mantiene es la de quitarse el calzado. No deben usarse, ni siquiera a título de chanza, ningún tipo de pesas para impedir la emersión del cuerpo. 
Es éste un acto voluntario y progresivo. El suicida se internará en el mar y no mirará hacia atrás, ni una vez tan sólo. Esto es importante, pues dada la agreste vastedad de las playas, lo pueden estar mirando.

DE LAS OTRAS OPCIONES

Las que hemos referido son, sin lugar a dudas, las salidas más comunes y correctas. Algunos espíritus anacrónicos pueden abogar aún por el antiestético ahorcamiento, con su secuela de visajes desagradables y ni qué decir, sombras aparatosas sobre paredes pintadas a la cal. Todas las otras posibilidades está siendo descartadas paulatinamente por el progreso. Un suicida consciente de su función social ya no se arrojará desaprensivamente bajo las ruedas de un tranvía, un colectivo, o cualquier otro servicio público. Este acto inconsulto , propio de gente infantil y/o irreflexiva sólo acarrea molestias, contratiempos y le resta al suicidio la parafenalia seductora y graciosa que tiene. Menos que menos, prenderse fuego o aspirar gas letal. La primera, es una línea perimida, netamente espectacular, más cercana a las artes visuales o a la pirotecnia que a una determinación humanística. La segunda, una flagrante concesión a las rutinas cotidianas, a la noria diaria, sumado todo al desagradable olor a gas , tan alejado de las ásperas somnoliencias aromáticas de la pólvora, o incluso las misturadas esencias de algunos venenos. Cortarse las venas, en tanto, es sólo admisible en cierta literatura argentina de los años de la década 1920-1930 o bien en letras de boleros centroamericanos. Lo que no debe suceder, ya que lamentablemente invalidaría todo lo expuesto, es que el suicida ante la duda de qué camino seguir, abdique de su empresa. Eso sería, en suma, lo peor.



Roberto Fontanarrosa

miércoles, 23 de febrero de 2011

Ahora lloramos, el uno frente al otro,
en las ruinas de los muros, cansados
de sostener el mismo cielo muerto.

Ahora lloramos,
y nos llueven por millares
los mismos cuervos que vomitaste.

Ahora lloramos, el uno frente al otro,
y las lágrimas nos impiden vernos.


lunes, 7 de febrero de 2011

Sueño, vuélvete muerte en su boca.
Espíritus azules, y la roca
llora y arde y muere en sólo verte.     

Arráncamelo
del pecho a dentelladas.


jueves, 20 de enero de 2011

Arranca la podredumbre de tu pecho
y vomita los cuervos que se ahogaron
en la ciénaga de tu vientre.

Como bajo el agua se escuchan
los sonidos del osario,
entrechocar de huesos expectantes.