jueves, 22 de septiembre de 2011

Madriz

Yo como pájaro enterrado,
alentado por el suspiro de la bestia que lo engulle.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Odio las novelas en las que aparece el diablo.
Como si hubiera que escribirlo para verlo.





Rock´n´Roll

A veces se acurrucaba a escribir en el centro de su cama, mientras oía llorar a su madre.
Sabía que, mientras la oyera, ella estaría ahí.
Otras veces, escuchaba a su padre golpear las paredes en la noche, o bajar las escaleras
con pasos espaciados, y a la mañana siguiente veía la huella ensangrentada de la mano de su padre en la pared.
Sabía que, cuando no lo oyera, ni quedaran huellas, él mismo estaría allí.
A la noche siguiente, lloró mientras daba puñetazos a la cara de su padre, que dijo
que él ya era mayor, y que sólo a él respetaba.
Lloraba mientras lo veía tirado en la calle echando espuma por la boca.
Después, nunca más lloró.
Y supo que, mientras no llorara, el mundo estaba ahí.

Esto, a veces.

Pero siempre tuvo la sensación, casi  como una especie de designio cósmico
de odiarlo todo.
Y el cansancio de odiar se le quedó enquistado en la mirada.
Y supo que mientras odiara, él no podía morir.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Lo oscuro, la noche. El semen.


                                           Noche estrellada. Vincent Van Gogh.



Por la noche miro arriba y lo veo. Veo los litros de semen que derramaron encima del cielo negro aquellos que tuvieron huevos de hacerla suya. De follarse a la oscuridad. Se abalanzaron sobre ella y se vaciaron. Vomitaron. Y no puedo volver la cara. Y abro los ojos, y la boca, para beberme sus entrañas. Las entrañas de Rimbaud, Bolaño, Safo, Bukowski, Pessoa. Vallejo, Huidobro. Ginsberg, Eliot, Dámaso. Juan. Julio, Jorge Luis, Alejandra (bendita patria, Noe). Saboreo su semen porque estoy bajo la noche. La noche, o el semen, calma mi sed y me ahoga.




Que me espere la noche boca arriba.
Y abierta de piernas.

A ésa sólo le sirves enfermo.

No me curéis.





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